ARCILLA

¿Qué son?

Las arcillas son rocas sedimentarias que se componen esencialmente de minerales silicatados e hidratados de aluminio, hierro y magnesio (minerales de la arcilla). Una de sus características fundamentales es el fino tamaño de grano y la estructura interna de tipo laminar, factores que confieren a los materiales arcillosos gran superficie específica y capacidad de absorción de líquidos y gases.

Por sus características generales y usos, se clasifican en arcillas cerámicas y especiales. Entre las primeras encontramos las arcillas rojas y los caolines, compuestos por caolinita, un mineral de la arcilla con aluminio en su estructura de gran peso industrial. Como arcillas especiales destaca la sepiolita, que presenta baja densidad y aspecto fibroso debido a su estructura en cadenas, clave para sus propiedades absorbentes.

Por sus características generales y usos, se clasifican en:

  • Arcillas rojas: son filosilicatos que, de acuerdo con su capacidad fundente, se pueden clasificar en fundentes y refractarias. Las fundentes se pueden subdividir en relación con su contenido en carbonatos, desde nulo a medio hasta elevado.
  • Arcillas blancas: son arcillas con una baja proporción de hierro (<3%) y alto contenido en caolinita, si bien, por lo general, presentan también elevadas cantidades de otras arcillas (illitas y montmorillonitas normalmente), así como impurezas como cuarzo, micas, piritas, yeso y marcasitas.
  • Arcillas especiales (sepiolita): es un mineral natural de muy baja densidad, poroso y con gran superficie específica. Se trata de una arcilla no expansiva con gran capacidad de absorción, debido a su estructura cristalina microporosa. Absorbe líquidos, vapores y olores, siendo capaz de absorber su propio peso en agua.

¿Para qué se usan las arcillas?

La explotación de arcillas es muy importante en la comunidad autónoma de Aragón, como atestigua la proliferación de industrias dedicadas a esta actividad. Las arcillas que se extraen en Aragón van destinadas fundamentalmente a la industria cerámica, tanto a la cerámica estructural (tejas y ladrillos) como a la cerámica para pavimentos, revestimientos o sanitarios. En menor medida pueden dedicarse a otros usos como papel, vidrio, etc.

Dentro de las arcillas especiales, la sepiolita se utiliza fundamentalmente para lechos de animales como los gatos, como absorbente industrial y para la fabricación de piensos en el sector ganadero.

Tras una cocción en hornos de algunos tipos de arcillas se puede obtener chamota. La incorporación de chamota junto con las arcillas en la fabricación de productos cerámicos puede aumentar su resistencia y estabilidad dimensional, lo que hace que la cerámica sea menos propensa a deformarse o agrietarse durante el secado y la cocción. También puede mejorar la textura y la apariencia visual de la cerámica, ya que las partículas de chamota pueden crear efectos de textura interesantes y agregar un aspecto rústico o granulado.

La chamota se utiliza comúnmente en la fabricación de cerámica de alta temperatura, como la porcelana o el gres, donde se requiere una mayor resistencia y durabilidad.

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